Como en todo universo determinista, nada es realmente nuevo y "todo está escrito", como diría alguno de esos textos musulmanes que con razón gusta citar Borges. Al convertirse en pura geometría, el cuento ingresa en el reino de la eternidad. Y cuando leemos, ese museo de formas perpetuas asume un simulacro de tiempo, prestados por nosotros mismo, los lectores.
Ernesto Sabato
El escritor y sus fantasmas
Pág. 75.
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