miércoles, 12 de agosto de 2009

Pequeñísimas diferencias de un escritor con otro


El gran testigo. La inmensa mayoría escribe porque buscan fama y dinero, por distracción, porque meramente tinen facilidad, porque no resisten la vanidad de ver su nombre en letras de molde.


Quedan entonces los pocos que cuentan: aquellos que sienten la necesidad oscura pero obsesiva de testimoniar su drama, su desdicha, su soledad. Son los testigos, es decir los mártires de una época. Son hombres que no escriben con facilidad sino con desgarramiento. Son individuos a contramano, terroristas o fuera de la ley.


Ernesto Sabato
El escritor y sus fantasmas
Seix Barral, 2007
Pág. 98

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