martes, 16 de febrero de 2010

sábado, 13 de febrero de 2010

Negocio Redondo

Ya está comprobado que no sólo las personas harían cualquier cosa por dinero, sino, ahora también algunas editorialitas. Como nunca podrán competir ni con las grandes transnacionales ni con las medianas, ofrecen sus servicios como muertos de hambre con tal de tener algo de dinero con el que puedan cubrir sus necesidades básicas: comprar PH, comprar pasta dental y un par de fideos.



Como nunca tendrán una sala de reuniones con un control remoto y así controlar la temperatura de las reuniones, sino que la realizarán en la mesita de su cocina. Como nunca podrán abrir una cuenta con Sociedad Anónima, sino que tendrán que ponerla a nombre de un primo, seguro, porque la cuenta está en rojo de los tantos préstamos que tienen en algún banco local. Como nunca podrán ser simplemente llamadas editoriales, sino "empresas" que por un par de soles te harán el favor de imprimir un par de estupideces que se les habrá ocurrido alguna noche de alcohol y que osan llamar trabajo o manuscrito. Como nunca tendrán correctores, sino algún mal pagado beodo que frecuenta la calle de las pizzitas o quilquita. Como nunca tendrán un buen relacionista público ni mucho menos un Buen Editor, sino a un don nadie que desde que se levanta anda pensando: "Cómo hacemos hoy para poder vender nuestros librillos a costa de todo", "A quién le pedimos publicar su librillo, no importa sino ofrece nada bueno".

Bueno, bueno, de éstas hay miles y malas. Lo más sano que podrían hacer es sentarse en la calles y empezar a pedir sus limosnas, o ¿Acaso ya no hacen eso?